En una audaz incursión nocturna, el famoso pirata Francis Drake atacó la desprevenida ciudad de Cádiz la noche del 29 de abril de 1587. Al mando de una flota de solo cuatro barcos, Drake logró sorprender a la flota española anclada en la bahía, causando un daño considerable.
El ataque de Drake fue un duro golpe para las ambiciones navales de Felipe II. La flota española, que se estaba preparando para la Armada Invencible, sufrió la pérdida de veintitrés barcos, incluyendo varios galeones de gran tamaño. Además, Drake se apoderó de cuatro barcos más cargados de provisiones, un duro revés para la logística española. Las acciones de Drake obligaron a Felipe II a retrasar un año su plan de invadir Inglaterra. La pérdida de barcos y provisiones supuso un contratiempo significativo para la Armada española, que finalmente zarpó en 1588 con menos recursos y una moral menos optimista.
El ataque a Cádiz se produjo en el contexto de la guerra anglo-española, un conflicto no declarado que enfrentaba a ambas naciones por el dominio del mar y las colonias en el Nuevo Mundo. Las diferencias religiosas también jugaron un papel importante: Felipe II, un ferviente católico, buscaba restaurar el catolicismo en Inglaterra, mientras que Isabel I, una protestante acérrima, defendía la independencia religiosa de su país.
Francis Drake, apodado por los españoles como "el dragón inglés", era un hábil marinero y un estratega militar astuto. Su audacia y su conocimiento de las costas españolas lo convirtieron en una figura clave en la lucha contra el poderío naval español. La reina Isabel I lo recompensó por sus servicios nombrándolo lord en 1581.
El ataque de Drake a Cádiz no solo retrasó la invasión española, sino que también elevó la moral inglesa y demostró al mundo que la nación era una fuerza naval a tener en cuenta. A largo plazo, este evento contribuyó a debilitar la hegemonía española en los mares y a consolidar la posición de Inglaterra como una potencia marítima dominante.
La historiografía inglesa ha magnificado este ataque, presentándolo como un éxito que obstaculizó la campaña prevista para otoño de 1587 de la Gran Armada. Sin embargo, el historiador Antonio Luis Gómez Beltrán desmonta esta leyenda negra. Según él, el impacto real del ataque de Drake fue exagerado. A pesar de las pérdidas materiales, la campaña de la Gran Armada no se vio significativamente afectada. La inteligencia inglesa y la torpeza hispana se entrelazaron en una narrativa que ha perdurado a lo largo de los siglos1. Fue un episodio más en la compleja historia de la lucha entre Inglaterra y España en el siglo XVI
No hay comentarios:
Publicar un comentario