En lo que podría ser el guion de una serie de Netflix, los marqueses de Urquijo fueron encontrados muertos en su residencia de Somosaguas, Madrid. Pero no, esto no es ficción, aunque algunos desearían que lo fuera. La alta sociedad madrileña quedó conmocionada al enterarse de que los marqueses María Lourdes Urquijo y Morenés, y su marido Manuel de la Sierra y Torres, no se ausentaron de un brunch por falta de ganas, sino porque habían sido asesinados. ¡Vaya falta de consideración!
Los detectives llegaron a la escena tras el llamado de la sirvienta, quien estaba más preocupada por el desayuno que por la nobleza caída. Ambos marqueses presentaban heridas de bala, con tres tiros en total, lo que deja claro que quien lo hizo, realmente quería asegurarse. Al parecer, las balas en la nobleza no son como en las películas, donde una es suficiente.
El primer sospechoso de la policía, Rafael Escobedo, yerno de los marqueses, fue arrestado ocho meses después del crimen. La relación de Escobedo con la familia no era precisamente digna de telenovela. Se casó con la hija de los marqueses, Miriam de la Sierra, a pesar de las protestas del suegro, y su vida en común fue más parecida a un episodio de "La Casa de los Secretos" que a "La Casa de la Pradera". Tras una breve luna de miel, Miriam buscó la nulidad matrimonial, mientras su esposo se dedicaba a buscar maneras menos convencionales de solucionar los problemas con los suegros.
La historia culmina de forma trágica, cuando Escobedo se quitó la vida en su celda, dejando más preguntas que respuestas. El caso de los marqueses de Urquijo sigue siendo un enigma, pero si algo nos ha enseñado es que la realidad puede ser más retorcida que cualquier obra de ficción. Mientras tanto, los guionistas de Hollywood toman notas, porque esto podría ser la próxima gran serie de crimen y misterio. ¿Quién necesita "CSI" cuando tienes "CSI: Somosaguas"?