13 de julio: El asesinato de Miguel Ángel Blanco

El jueves 10 de julio de 1997, después de almorzar con sus padres, Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular en Ermua, Vizcaya, salió de su casa para ir a trabajar a Éibar, Guipúzcoa. Dos horas más tarde, hacia las cinco y media de la tarde, el diario proetarra Egin recibió un comunicado anónimo informando que ETA había secuestrado al edil y que lo liberaría solo si el Gobierno ordenaba el traslado de todos los presos de la banda terrorista a cárceles de Euskadi en un plazo de 48 horas, es decir, para el sábado 13 de julio a las cuatro de la tarde. De no cumplirse esta demanda, Miguel Ángel Blanco sería ejecutado.

Nueve días antes, ETA había sufrido un notable golpe policial con la liberación por parte de la Guardia Civil del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, tras el secuestro más largo de la historia de la banda (532 días), coincidiendo con la aparición del empresario vasco Cosme Delclaux, secuestrado ocho meses antes por los etarras. La inquietante respuesta de un destacado dirigente del brazo político de ETA, Herri Batasuna, fue: "Tras la borrachera policial viene la resaca". El Gobierno, sabiendo que no podía ceder al chantaje terrorista, se sintió impotente. El presidente, José María Aznar, en el "peor momento político de su gobierno", sabía "desde el primer momento lo que iba a pasar". Los partidos políticos democráticos, encabezados por PSOE e IU, mostraron solidaridad con el PP y ofrecieron organizar movilizaciones masivas en respuesta a la amenaza intolerable de ETA. Al día siguiente, miles de ayuntamientos organizaron manifestaciones silenciosas pidiendo la libertad del concejal. El sábado 12, día en que se cumplía el plazo dictado por ETA, toda España se convirtió en un clamor popular suplicando la liberación del joven edil vasco, especialmente en Bilbao, donde más de un tercio de su población se concentró al mediodía.

Miguel Ángel Blanco, de padres emigrantes gallegos, había nacido en Ermua hacía veintinueve años. Llevaba algo más de dos años militando en el Partido Popular y había sido incluido como número cuatro en las listas electorales para las elecciones municipales de mayo de 1995 en su ciudad natal. Sus conocidos destacaban su carácter moderado y su vida normal: se acababa de incorporar a una consultoría como economista después de haber trabajado años en una tienda; era un deportista activo y los fines de semana tocaba con su grupo musical en fiestas de cumpleaños y bodas. Todos coincidieron en que ETA lo había secuestrado simplemente porque era un objetivo fácil y sin protección. Llegadas las cuatro de la tarde del sábado 12, los corazones de las personas en todo el país estaban compungidos. Poco después del plazo fatal, Miguel Ángel Blanco apareció en un bosque de Lasarte, Guipúzcoa, con dos balazos en la cabeza. Los etarras cumplieron fríamente su amenaza, ignorando el clamor popular, incluido el vasco. Este terrible hecho marcó un antes y un después en la reciente historia de España.

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